La selección y el uso de materiales y recursos de diversa naturaleza en la práctica de la traducción determina, en gran medida, el éxito o el fracaso del producto final. Esta afirmación, válida para la actividad traductora en general, cobra, si cabe, un interés especial al hablar de la traducción jurídica, modalidad de traducción especializada caracterizada por las disparidades existentes entre los diferentes ordenamientos jurídicos y la ausencia de universalidad de los referentes.
Para la elaboración del presente trabajo partimos del concepto de subcompetencia instrumental propugnado por Kelly (2002) como parte de la denominada macrocompetencia traductora. Se trata, por lo tanto, de reflexionar acerca del conocimiento y el buen manejo de las fuentes y los recursos disponibles, que se erigen como los pilares fundamentales del proceso traslativo, ya que los contenidos de dichos recursos también pueden estar destinados a cubrir carencias pertenecientes, en principio, a otras subcompetencias traductoras.
La presente comunicación es fruto de la reflexión resultante de la experiencia en el aula de traducción jurídica desde la perspectiva del docente-traductor. Se trata, groso modo, de analizar las estrategias empleadas en la búsqueda documental, clasificar los tipos de recursos empleados y comprobar las carencias que se pretenden cubrir con su uso, así como el momento del proceso traslativo en el que se emplean. Y ello desde una perspectiva comparatista tomando como referentes al aprendiz de traductor y al docente-traductor. El fin último consiste en intentar establecer cuáles son las causas de las diferencias halladas. De igual modo, se hará especial hincapié en la importancia de la experiencia real del traductor (también docente en este caso) llevada al aula en lo que a la adquisición de la competencia instrumental antes evocada se refiere.