Las sequías se han convertido en uno de los riesgos que mayores afecciones produce en las poblaciones y en los territorios expuestos. Además, sabemos que, en un contexto de cambio climático, estos eventos y las consecuencias que generan se intensificarán. Por tanto, resulta fundamental desarrollar estrategias que, asumiendo la normalidad de estos episodios, permitan la anticipación y la correcta adaptación y que, a su vez, se basen en correctas evaluaciones y análisis de la vulnerabilidad al riesgo de sequía. Con este telón de fondo, se presenta una metodología que, entre otras innovaciones, desarrolla novedosos indicadores de capacidad de adaptación que permiten explorar la influencia de las dimensiones sociales e institucionales, como es el caso de la percepción y de la comunicación del riesgo, la inclusión del cambio climático en la planificación hidrológica, o el grado de confianza institucional y de conciencia ambiental.