Lo siguiente resume el contenido de la presentación oral que será expuesta en este Congreso dedicada a describir la base de las metodologías de aprendizaje colaborativo (AC) y de inversión de la clase (flipped learning) en la mejora de la enseñanza/aprendizaje de la Bioquímica. Preguntados a los alumnos muchos consideran esta materia difícil por ser demasiado amplia, no tener tiempo para estudiarla e integrar sus contenidos, y donde los profesores no dedicamos suficiente tiempo a hacer ejercicios en clase.
La transición de un modelo educativo centrado en la enseñanza hacia el que emana del EEES que pone su foco en el aprendizaje significativo y la adquisición de competencias, supone una importante renovación metodológica. Dicha renovación pasa por complementar las tradicionales clases magistrales, donde el alumno adopta un papel pasivo, por metodologías activas que estimulen su participación, la colaboración entre pares y el trabajo autónomo.
El AC tiene su base en el constructivismo social, que entiende el aprendizaje como un proceso social que se construye no sólo con el profesor, sino también con los compañeros, el contexto y el significado que se asigna a lo que se aprende. Además de favorecer más que la enseñanza tradicional el rendimiento académico, el AC permite adquirir importantes competencias transversales. No obstante, la puesta en marcha del AC exige al profesor nuevas competencias y más esfuerzo que impartir clases magistrales. Por ello, y por la idea de que se verán obligados a renunciar a partes del temario muchos profesores no se plantean estrategias de AC en la docencia de la Bioquímica.
En cualquier caso existen buenas alternativas metodológicas para “ganar tiempo” sin sacrificar temario. Una de ellas, es el aprendizaje inverso, con la que se consigue además satisfacer una de las exigencias de los estudiantes, el hacer más ejercicios en clase.