La joya se presenta ante el historiador como un objeto patrimonial y cultural de difícil interpretación. El valor intrínseco del material con el que viene realizada así como su carácter íntimo y personal dificultan su acceso. Si bien las artes suntuarias son objeto de atención desacostumbrada durante las últimas décadas, la platería de oro, vulgarmente denominada joyería, aparece relegada a un plano secundario, especialmente aquella desarrollada durante el siglo XVIII. Autores tales como Priscilla Muller, Amelia Aranda Huete, Letizia Arbeteta Mira, Nicoletta D’Arbitrio o Angela Catello aportan con sus estudios noticias esenciales para el análisis del desarrollo de este arte en las cortes de Madrid y Nápoles durante el Setecientos. Sin embargo, acusamos en la actualidad la ausencia de estudios críticos específicos que analicen de manera conjunta dicha producción.
El objetivo de la presente tesis doctoral es aquél de realizar una lectura comparativa de la joyería femenina desarrollada en los ámbitos cortesanos de ambas capitales durante dicha centuria a fin de establecer posibles paralelismos o discrepancias en cuanto se refiere al empleo simbólico de la alhaja o a sus características morfológicas.
La inconexión entre las piezas físicas con fuentes gráficas o documentales específicas dificulta el estudio de la joyería antigua conservada; así mismo, la ausencia generalizada de marcas grabadas impide la adscripción de la pieza a un periodo concreto. Observamos además cómo la invariable continuidad de las técnicas del fuego hasta comienzos del siglo XX impide un análisis físico certero. Aunque puedan establecerse paralelismos morfológicos, la duda metódica persiste y resulta necesario comprobar la veracidad de lo que aparentemente coincide, pues son muchas las imitaciones miméticas o conceptuales realizadas.