Las revisiones recientes de la investigación en España dejan claro que no se ha prestado suficiente atención a las experiencias educativas de los hijos de inmigrantes desde una perspectiva holística (García Castaño y otros, 2008). En particular, ha habido una tendencia a ignorar los aspectos de la vida personal y subjetiva de los estudiantes inmigrantes y sus familias, lo que se ha trasladado en un marcado predominio de estudios e informes sobre sus rendimientos académicos, pero muy pocos sobre los procesos educativos, sus experiencias vividas, sus necesidades o sus metas.