La observación continua del proceso de enseñanza-aprendizaje a lo largo de mi carrera docente, dentro y fuera de las aulas, me ha llevado a la necesidad de investigar si el hecho de trabajar el arte desde una perspectiva activa, tanto a nivel individual como grupal, aporta o no beneficios al desarrollo artístico del alumnado. Así como a propagar la importancia que tiene el arte y en concreto la Educación Artista en el desarrollo integral del individuo.
En la presente investigación concurren dos temáticas, la Educación y el Arte. La puesta en escena de ambas ha implicado unas conclusiones específicas centradas en la Educación Artística y en concreto en la Educación Plástica. Planteo un trabajo de investigación cuya finalidad no es reflejar los resultados de una innovación revolucionaria, ya que se analizan formas de intervención basadas en modelos conocidos como son el aprendizaje constructivista, el pensamiento crítico reflexivo, el desarrollo de inteligencias múltiples, el trabajo de las emociones, etc. Estos son aspectos bastante tratados en el ámbito educativo y pedagógico, pero que, en la mayoría de los casos, se plantean a nivel teórico. Se habla de cambios pedagógicos, de propuesta innovadoras, sin llegar a repercutir en el desarrollo de la práctica docente. Continuamos con una educación decimonónica, ajena a las necesidades de la sociedad del siglo XXI. Es precisamente esta necesidad de cambio, la que me ha suscitado el interés por llevar a la práctica la presente investigación “la experiencia artística en la preadolescencia: nuevas formas de intervención docente”.