Tomando como base los postulados de la New Fiscal History, en la presente tesis doctoral se analiza el desarrollo y evolución de aquellos ingresos extraordinarios concedidas por los representantes de las ciudades del reino, considerando el papel central que estos tuvieron en el proceso de construcción estatal. Más concretamente, nos detendremos aquí en la aparición del sistema de recaudación y gestión de estos ingresos que la Real Hacienda fue dejando en manos de los municipios, permitiendo así su integración en el sistema administrativo y financiero del Estado. El proceso que dio lugar a esta nueva realidad se inicia a comienzos del siglo XV, con la emergencia del servicio medieval de Cortes, conformado por dos vías: monedas y pedido. Si bien el primero de estos recursos fue recaudado mediante el tradicional sistema de arrendamiento, el segundo adoptó un modelo de repartimiento, que requería de las ciudades para su correcto funcionamiento. No obstante, éste sistema solo afectó tangencialmente a las maquinarias financieras locales, que mantuvieron una clara separación entre su sistema de ingresos y gastos y aquél que afectaba a los recursos extraordinarios de la Corona. Pese a ello, el pedido acabó por convertirse en uno de los principales elementos de interconexión, no sólo fiscal sino también política, entre la autoridad central y los gobiernos municipales. Tras la desaparición del servicio de Cortes, esta función vendrá a ser asumida por las denominadas contribuciones de la Santa Hermandad. Esta institución, germen del primer ejército permanente castellano, se sustentaría sobre un mecanismo financiero que dejaría plenamente en manos de las ciudades todo el proceso de gestión y recaudación de los ingresos y no únicamente una parte de los mismos, como había ocurrido con los servicios de Cortes.