La bibliografía tradicional nos presenta en general a Eurípides como un poeta esencialmente crítico con los dioses y los mitos griegos, analizando las palabras de los personajes de sus dramas, a los que a duras penas se les puede atribuir un pensamiento profundo, descontextualizado de las situaciones positivas o negativas en las que se encuentran. Algunos trabajos recientes van poniendo las cosas en su sitio, al reivindicar para el más joven de los trágicos una actitud religiosa no muy diferente de la de sus contemporáneos. En nuestro trabajo, y teniendo como punto de partida las palabras de Teseo en las Suplicantes, analizamos esta polémica, ahondando en los recursos y matices poéticos que, en nuestra opinión, son los verdaderos responsables de esas aparentes contradicciones.