El acceso a la vivienda en España es sin duda una de las mayores preocupaciones de la población actual en general, y especialmente para aquellos colectivos con características específicas que lo dificultan aún más. Entre estos últimos hemos de destacar la realidad de las mujeres, los jóvenes, los ancianos, las personas con discapacidad, las comunidades romaníes (gitanos), las personas migrantes y las personas sin hogar (Kothari, 2008). Circunstancia que históricamente se ha mantenido en nuestro país y que desde las diferentes administraciones no han sido capaces de resolver. Sectores muy sensibles y vulnerables de población que son los más afectados ante la falta de vivienda, incorporándose a partir de ello en lo que autores como Flores, Gómez y Renés (2016) denominan la “espiral de la pobreza”.