La fibromialgia es uno de los mayores problemas sanitarios de nuestro país y del mundo desarrollado con una prevalencia del 2,1%. El American College of Reumathology la define como estado doloroso generalizado en mínimo 11 de 18 puntos preestablecidos, sensibles a una presión de 4 kg/cm2 y con al menos 3 meses de evolución. La definición actual de la Organización Mundial de la Salud incluye presencia de otros síntomas como cefalea, colon irritable, menstruación dolorosa, irritabilidad, sensibilidad térmica, fatigabilidad, rigidez articular y alteraciones del sueño. A pesar de que se han desarrollado numerosos estudios para clarificar su etiología, sigue sin conocerse de manera exacta. Varios estudios apuntan a una alteración a nivel del Sistema Neuro Endocrino, donde se produce una hiporreactividad por agotamiento del eje Adreno-Hipotálamo-Pituitarial, que interviene en el metabolismo, el estrés y el Sistema Inmune. Una exposición prolongada al estrés agotaría la capacidad de ciertas glándulas de producir hormonas suficientes para mantener el estado de alerta, lo que el sujeto percibiría como cansancio y dolor muscular. En otra línea, un reciente estudio muestra que el dolor de los pacientes con fibromialgia podría estar originado por la vasoconstricción de pequeñas arteriolas controladas por el hipotálamo, que producen disrregulación de la temperatura corporal de los pacientes y mayor acumulación de ácido láctico en tejidos blandos. Otras hipótesis apuntan a alteraciones locales, como la mayor presencia de puntos gatillo miofasciales en pacientes con fibromialgia que en sujetos sanos. Actualmente, la fibromialgia carece de un tratamiento efectivo, consistiendo éste principalmente en tratamiento sintomático del dolor y del resto de síntomas que presente cada paciente, principalmente mediante fármacos. Sin embargo, la poca eficacia del tratamiento farmacológico para conseguir un alivio duradero del dolor, unido a los múltiples efectos secundarios y riesgo de dependencia y tolerancia que ocasiona un tratamiento prolongado con analgésicos y opiáceos, pone de manifiesto la necesidad de encontrar nuevas opciones terapéuticas que garanticen una analgesia de calidad que disminuya lo suficiente el dolor durante el máximo tiempo posible, minimizando los efectos secundarios. El gasto sanitario para el tratamiento de la fibromialgia se incrementa año tras año, por lo que es conveniente explorar nuevas opciones terapéuticas que puedan presentar mayor efectividad y bajo coste.
La terapia por Ondas Electromagnéticas Capacitivas Monopolares (OEDCM) consiste en la aplicación transcutánea de señales electromagnéticas del espectro de la radiofrecuencia pulsadas y en rangos de frecuencia constantemente variables para evitar acomodación de los receptores tisulares, permitiendo así por diversos mecanismos la inducción de analgesia. Este tratamiento ha mostrado eficacia en el tratamiento de dolor neuropático y otros tipos de dolor por mecanismo de sensibilización central. La ausencia de efectos secundarios de este tratamiento lo sitúa como una interesante alternativa para el tratamiento sintomático de la fibromialgia.
OBJETIVO: valorar la eficacia del tratamiento por OEDCM en el tratamiento del dolor, la calidad de vida, el estado de ánimo, la depresión y la calidad del sueño en sujetos con fibromialgia.
MÉTODOS: se aleatorizó una muestra de 57 pacientes en cuatro grupos de tratamiento: un grupo de tratamiento días continuos, otro grupo de tratamiento días alternos, un grupo placebo con tratamiento sin emisión y un grupo control que mantuvo sus cuidados habituales. Se citó a los pacientes previamente al comienzo del estudio para informarles acerca del procedimiento y entrenarles en la cumplimentación de los cuestionarios. Se utilizó la escala EVA para valorar el dolor, el cuestionario ICAF para valorar el impacto en la calidad de vida de los sujetos, el cuestionario HADS para evaluar la depresión y la ansiedad de los sujetos y de nuevo la escala EVA para valorar la calidad del sueño. En el caso de las variables impacto en la calidad de vida, depresión, ansiedad y calidad del sueño se realizó una medición previa al tratamiento justo antes de comenzar la intervención y otra al finalizar la octava sesión de tratamiento. En cuanto a la variable dolor, se realizaron mediciones antes y después de la sesión de tratamiento en la primera y última sesión de cada una de las dos semanas del estudio, resultando un total de cuatro mediciones. Respecto a la intervención, se llevó a cabo con un equipo de OEDCM modelo Physicalm® de Biotronic® en una sala climatizada con una camilla plegable de madera. Los pacientes fueron tratados ocho sesiones de 20 minutos de duración a lo largo de dos semanas, en las cuales un terapeuta adiestrado para el uso de la técnica llevaba a cabo el tratamiento. En todo momento los pacientes fueron ajenos a la existencia de diferentes tratamientos, para garantizar el cegado en este aspecto. Para evaluar los datos obtenidos, se realizó un análisis estadístico con el programa estadístico MedCalc para Windows, versión 16.4.3, considerando para todos los análisis estadísticos un valor significativo de α= 0,05. El análisis de homogeneidad fue realizado mediante el test de Shapiro-Wilk. Para realizar la comparación entre las distintas mediciones de dolor local y dolor general, se realizó un test ANOVA de medidas repetidas, donde el factor intra-sujetos fue el tiempo y el factor inter-sujetos, el tratamiento recibido por el paciente. Posteriormente se calculó la d de Cohen para conocer el tamaño del efecto de cada uno de los tratamientos, tanto antes como después de la intervención e igualmente para determinar los cambios que el tratamiento produjo en las variables de impacto en la calidad de vida, calidad del sueño, depresión y estado de ánimo, se realizó una prueba T. Posteriormente se calculó la d de Cohen para conocer el tamaño del efecto de cada uno de los tratamientos en la variable impacto en la calidad de vida.
RESULTADOS: el tratamiento por OEDCM produce mejoras significativas en el dolor local y general de sujetos con fibromialgia respecto a grupo control y placebo. En el dolor local, se producen diferencias significativas desde después de la primera sesión de tratamiento entre el grupo de tratamiento días contínuos y los grupos Placebo (P< 0,01) y Control (P<0,01) y entre el grupo de tratamiento días alternos y el grupo Control (p< 0,01). En la medición final del dolor local posterior al tratamiento se observan diferencias estadísticamente significativas entre el grupo de tratamiento A respecto a los grupos Placebo (P<0,01) y Control (P<0,01), del grupo de tratamiento días alternos respecto al grupo Control (P<0,01), y del grupo Placebo respecto al grupo Control (P<0,01). En cuanto al dolor general, se observan diferencias significativas desde la medición posterior al primer día de tratamiento entre grupo de días continuos con los grupos Placebo (P=0,01) y Control (P<0,01). En la última medición del dolor general tras el último tratamiento, se observan diferencias estadísticamente significativas entre el grupo de tratamiento días continuos respecto al grupo Placebo (P<0,05) y al grupo Control (P<0,01), entre el grupo de tratamiento días alternos respecto a grupo Control (P<0,01), y entre el grupo Placebo respecto al grupo Control (P<0,05). En el impacto de la calidad de vida medido al final del proceso, se hallaron diferencias estadísticamente significativas en los grupos de tratamiento días continuos (P<0,01), tratamiento días alternos (P<0,01) y grupo Placebo (P<0,05) respecto a la puntuación previa al inicio de la intervención. No se observaron mejoras en el estado de ánimo de los sujetos del estudio, obteniéndose incluso empeoramiento significativo en los grupos de tratamiento días continuos (P<0,05), tratamiento días alternos (P<0,05) y grupo Control (P<0,01). En cuanto a calidad del sueño, se observan diferencias estadísticamente significativas en el grupo de tratamiento días continuos entre la medición previa al tratamiento y la medición final (P<0,01).
DISCUSIÓN: la incapacidad del tratamiento farmacológico actual para conseguir la curación de los síntomas de la fibromialgia hace necesaria la investigación de nuevos abordajes terapéuticos. El ejercicio físico terapéutico se ha mostrado eficaz en reducir el dolor, el impacto en la calidad de vida y la depresión de los sujetos con fibromialgia a largo plazo. La fisioterapia por su parte se muestra también efectiva en sus distintos ámbitos, siendo la electroterapia el más estudiado. Técnicas como el TENS, la estimulación eléctrica transcraneal (EET) y la terapia combinada muestran mejoras en dolor local, calidad de vida y calidad del sueño con aplicaciones cercanas a la hora diaria durante varias semanas. Técnicas de terapia manual como la liberación miofascial y el tratamiento craneo-sacral también consiguen mejoras en el dolor y la calidad de vida de los pacientes con protocolos de una hora de aplicación durante varias semanas. La terapia por OEDCM en tiempos de aplicación de 20 minutos parece obtener resultados equiparables a otras técnicas de electroterapia en dolor local y general, calidad de vida y calidad del sueño, no así en depresión y ansiedad. Serán necesarios más estudios para determinar la utilidad de combinar la mejora a corto plazo que muestra el tratamiento por OEDCM junto al ejercicio terapéutico y otras técnicas que permiten mantenimiento de la mejora a largo plazo.
CONCLUSIÓN: la terapia por OEDCM es efectiva en el tratamiento del dolor local, el dolor general, la calidad de vida y la calidad del sueño de los pacientes con fibromialgia.