En este trabajo se analiza la comprensión de la ironía por parte de 96 niños y adolescentes de edades comprendidas entre 10 y 20 años. De ellos 38 son oyentes, 58 son sordos hijos de padres oyentes, 38 de ellos no emplean ningún dispositivo auditivo de última generación y 20 emplean implante coclear.
Los trabajos más recientes sobre el desarrollo de la comprensión de la ironía (Fillipova, 2014; Agostino et al., 2016) muestran que en la interpretación de una ironía convergen dos tipos de habilidades sociales, una de carácter cognitivo (Teoría de la Mente) y otra de carácter comunicativo (pragmática). Evolutivamente cabe decir que a los 6 años los niños no detectan el sentido no literal de una ironía; a los 9 años la detectan y entienden lo que cree el hablante que hace la ironía, pero no tienen éxito al atribuirle la intención con la que la dice; a partir de los 13 años los niños se asemejan al desarrollo adulto, detectan, atribuyen una creencia al hablante y una intención comunicativa adecuada al contexto. La mayoría de las investigaciones sobre la comprensión de la ironía establecen una conexión entre esta habilidad y las habilidades de atribución de creencias falsas de primer y segundo orden (Teoría de la Mente). Pero también se plantea que en la comprensión de la ironía entran en juego otros aspectos como el conocimiento social compartido y la comprensión de intenciones afectivas que se han denominado Teoría de la Mente Afectiva (Agostino et al., 2016).
El objetivo del trabajo es investigar, a través de la evaluación de la comprensión de situaciones en las que un hablante emplea la ironía, el desarrollo de habilidades socio-cognitivas y socio-comunicativas de orden superior. Se trata de comparar el rendimiento y las habilidades individuos que poseen un desarrollo de la teoría de la mente, del lenguaje y de la comunicación normalizado (adolescentes y jóvenes oyentes) con el de adolescentes y jóvenes sordos que presentan un menor desarrollo de las habilidades mencionadas.
Se ha evaluado en los participantes sordos el desarrollo del lenguaje y la Teoría de la Mente de primer y segundo orden y, en todos los participantes, la comprensión de dos historias en las que el hablante produce una intención irónica con el objetivo de criticar a otro.
Los resultados muestran un peor rendimiento en la comprensión de las ironías en los participantes sordos que en los oyentes, independientemente de si usan o no implante coclear y del sistema lingüístico que hayan preferido para la trasmisión de la historia (lengua de signos o lenguaje oral). Las dificultades de los participantes sordos no se reflejan en la detección del sentido no literal, sino en la atribución de la intención del protagonista al producir la ironía. Se han analizado también las relaciones entre el rendimiento de los participantes sordos en la comprensión de la ironía, su edad cronológica y lingüística y rendimiento en Teoría de la Mente de primer y segundo orden.