El objetivo principal de esta investigación es la identificación del grado de autonomía lectora que poseen los futuros docentes, mediante la evaluación de su competencia lectora, el análisis de las estrategias efectivas de lectura que afirman utilizar y la pro¬fundización en las percepciones que tienen sobre su propia competencia y sobre distintos aspectos de su relación con la lectura.
Tomaron parte en el estudio un total de 1495 sujetos (80,7% mujeres y 19,3% hombres), de edades comprendidas entre los 17 y los 51 años (media de edad: 22,25; D.E.: 4,920), de los Grados en Educación Infantil (n = 730) y Educación Primaria (n = 765) de la Universidad de Málaga, en los años académicos 2013-2014 y 2014-2015.
Cuatro fueron los instrumentos que sirvieron para obtener datos para la presente investigación: una prueba objetiva de evaluación de la competencia lectora de elaboración propia (Test CLUni) y tres cuestionarios de autoinforme, diseñados a partir de la revisión de los instrumentos disponibles en la bibliografía y mediante la selección y traducción de ítems de varios autores, de los que destacan Mokhtari y Reichard, 2002 y Applegate y Applegate, 2004: Cuestionario de Competencia Lectora, Cuestionario de Estrategias Efectivas de Lectura (CEEL) y Cuestionario de Experiencias y Hábitos Lectores. La prueba objetiva de competencia lectora –Test de Competencia Lectora para Universitarios (Test CLUni)– fue validada por expertos (de las áreas de Didáctica de la Lengua y la Literatura, Filología y Psicología de la Educación); además, se garantizó la validez del contenido seleccionando los textos y diseñando los ítems conforme a los supuestos establecidos en el marco teórico de PISA.
Tras la reflexión sobre los hallazgos obtenidos en la investigación, podemos concluir que los maestros en formación inicial participantes poseen una competencia lectora media, que consideramos insuficiente para el nivel educativo en el que se encuentran. Constatamos, asimismo, que su hábitos lectores no están consolidados, la mitad de los participantes carece de motivación intrínseca y de un compromiso firme con la lectura. La frecuencia media en el uso de estrategias de lectura apunta, además, a que requieren instrucción en éstas. Consideramos, por tanto, que la autonomía lectora de los futuros maestros es deficiente –aunque mejora en el transcurso del grado– y que sería conveniente desarrollarla mediante ejercicios de comprensión, la instrucción en estrategias efectivas de lectura y el fomento de sus hábitos lectores.
Consideramos que la investigación presentada ofrece luz sobre una combinación de destrezas y prácticas lectoras que hasta el momento ha sido poco estudiada en nuestro contexto, y que puede resultar útil como punto de partida para el diseño e implementación de intervenciones didácticas en el ámbito universitario.