El proyecto propuesto para el Centro Geriátrico en el actual aparcamiento de las Delicias se ha realizado teniendo
como prioridad el lugar y los edificios existentes, poniéndolos en valor y haciendo uso de lo existente.
La parcela durante más de cuatro siglos ha acogido numerosos usos públicos y lúdicos, teniendo un marcado carácter social
en el barrio. Por ello, se propone recuperar esta tradición social y cultural (patrimonio inmaterial) perdida con la aparición del
uso de aparcamiento, para crear un proyecto cercano a los vecinos del barrio, donde tengan cabida todas las generaciones
existentes.
La geometría irregular de la parcela y la suma de las diferentes arquitecturas patrimoniales encontradas, dificultan y enriquecen
la estrategia del proyecto. Mediante una limpieza de los elementos superfluos y no protegidos, se propone poner en valor
el alzado lateral de la sala Mª Cristina para que vuelva a ser telón de fondo de usos públicos y lúdicos del barrio (memoria
colectiva), a la vez que se conserva la nave abovedada de hormigón. Por otra parte, el proyecto también conserva la portada
neoclásica de entrada como actual imagen reconocible de la parcela hacia la ciudad.
Para explicar la propuesta hablaremos de dos partes diferenciadas: la intervención principal y las intervenciones secundarias.
- La intervención principal es la realizada en el edificio de viviendas existente. Tras el análisis en profundidad de dicho
edificio, se propone realizar un edificio que complete la manzana. Como si de un organismo vivo se tratase, la nueva edificación
se adhiere a lo existente. Comienza haciéndose sitio por las viviendas abandonadas, rehabilitando los núcleos verticales
para así hacer del edificio un espacio accesible, y se formaliza al exterior como una infraestructura sencilla dispuesta para ser
habitada, para ser colonizada. Este organismo se irá modificando a medida que pase el tiempo, siempre respondiendo a las
necesidades de los vecinos y del barrio.
Una estructura que se construye como un espejo de la edificación existente. Respetando las dimensiones de la estructura
muraria antigua, pero con un lenguaje contemporáneo, y ampliando los patios existentes, que configuran el edificio. La fachada
se compone en cierta simetría con la existente, aumentando de tamaño el elemento balcón que aparece en el edificio, se
configura junto a escaleras que conectan estos espacios exteriores en altura. El edificio se cierra con un elemento tradicional
llevado a otro papel. Una celosía compuesta por perfiles pequeños a modo de reja, que nos transporta a las casas de los
pueblos. Se podría decir que la fachada es casi inexistente dada su permeabilidad, permitiendo ver la vida dentro del edificio y
haciendo partícipes a todos de ella.
A nivel programático, se disponen los usos públicos en la planta baja aprovechando así la plaza generada. En las plantas
primera y segunda se desarrolla la vida de los mayores, con las viviendas y servicios para mayores. Los usos se modifican
según las necesidades pues, los espacios libres son capaces de albergar cualquier tipo de uso: terapia ocupacional, talleres,
espacios de descanso,… además de ser beneficioso para los mayores permanecer en el exterior para su salud. Por último, la
cubierta transitable acoge cualquier tipo de actividad al aire libre: huertos, espacios de juego, guardería… Con la posibilidad de
colocar pabellones o pequeñas instalaciones. E incluso, llegado el momento en el que la estructura esté completa, colonizar
también la cubierta.
- Las intervenciones secundarias son las realizadas en torno al barrio, pequeñas propuestas para poner en valor lo existente:
La plaza: se libera la parte norte de la nave abriendo así la plaza creada con la plaza de Los cristos. De esta forma se pretende
fomentar el flujo entre ambas, generando un espacio público amable y habitable.
La nave abovedada: se considera la nave como elemento único dentro del conjunto. Por ello, se alberga en ella la parte del
programa menos común: hidroterapia. Se elimina el forjado intermedio, construido a posteriori en la nave, para así tener un
espacio único, amplio y aprovechar ese espacio abovedado. Además, de esta forma, se libera el patio junto a la sala María
Cristina para poner el valor esa fachada. Esta pieza está dirigida tanto al público de los mayores del barrio como a cualquier
habitante del barrio y la ciudad.
El pasadizo: el espacio comprendido entre la nave, la sala María Cristina y el convento se reajusta, abriendo puertas en el
convento y conectando éste con el resto del conjunto. Consiguiendo así un espacio interesante junto a la sala María Cristina,
donde disfrutar de la fachada histórica.
La nave industrial: una de las naves industriales existentes se mantiene como espacio polivalente para todo el conjunto. Un
espacio diáfano reciclado, para eventos y cualquier necesidad.
En conclusión, el proyecto ha sido un ejercicio de síntesis en todos los aspectos. Teniendo como primera prioridad la puesta en
valor de lo existente, buscando la esencia de cada elemento y poniéndola por delante. Intentado siempre actuar sin hacer
ruido, leyendo y dejándose llevar por el lugar.