La enfermedad de Hodgkin tiene un pronóstico excelente con tasas de curación elevadas. Se ha argumentado sobre un posible exceso en el tratamiento de estos pacientes y el riesgo de desarrollar efectos secundarios que disminuirían la calidad de vida y aumentarían el riesgo de mortalidad no relacionada con el linfoma.
Bajo estas premisas hipotetizamos que una estrategia terapéutica que evite lo máximo posible los dos tratamientos que teóricamente inducen más efectos secundarios tardíos (radioterapia y quimioterapia con drogas alquilantes), podría reducir la incidencia de eventos cardiovasculares y segundas neoplasias disminuyendo la mortalidad tardía.
Los objetivos fueron analizar la supervivencia a largo plazo en una serie de pacientes tratados de forma homogénea con el esquema ABVD y evaluar la tasa de complicaciones cardiovasculares y segunda neoplasias.
Para ello se realizó un estudio descriptivo retrospectivo en el cual se seleccionaron pacientes que forman parte de una cohorte histórica hospitalaria de enfermos diagnosticados de linfoma de Hodgkin y tratados entre 1990 y 2013.
Los resultados fueron, una supervivencia libre de progresión a 5 años del 73,3 %, observándose que a los 5 años era menor en pacientes con mayor estadio de Ann Arbor. La supervivencia global a los fue del 77,3%, siendo inferior en pacientes con mayor estadio de Ann Arbor. La supervivencia causa específica fue del 90,9% a los 5 años, disminuyendo en relación con el aumento del estadio.
De las causas de muerte ,70 fallecieron durante el seguimiento, 36 por el linfoma de Hodgkin, 10 muertes debidas a complicaciones agudas relacionadas con el tratamiento y 24 por otras causas. Observamos 50 eventos tardíos. La incidencia de accidentes cardiovasculares fue del 7,7%, observando una tendencia superior en aquellos pacientes que recibieron radioterapia (10,5%) frente a los que no recibieron (6,4%) aunque sin ser estadísticamente significativo. La incidencia de segundas neoplasias fue del 7,1%, con un 4,8% que fueron tratados con radioterapia frente al 8,1% que no la recibieron.
La conclusión de nuestro trabajo es que el tratamiento exclusivo con ABVD, limitando la radioterapia a los pacientes con enfermedad residual o enfermedad bulky es una opción eficaz y segura, cuando se realiza de forma protocolizada. A pesar de la menor agresividad del tratamiento aplicado, cerca de la mitad de los pacientes han fallecido por causas diferentes al linfoma de Hodgkin. La tasa de segundas neoplasias y eventos cardiovasculares observados es baja en relación a lo comunicado en la literatura. Queda por definir si esto es debido a la menor agresividad del tratamiento de primera línea aplicado o a la necesidad de mayor seguimiento. No existen diferencias estadísticamente significativas en la tasa de segundas neoplasias o eventos cardiovasculares entre los pacientes que recibieron radioterapia y los que no lo hicieron. No obstante, parece existir una tendencia a mayor aparición de eventos cardiovasculares en los pacientes irradiados.