LA ÚLTIMA MIRADA. BELLLEZA Y RECUERDO EN LOS MONUMENTOS FUNERARIOS ROMANOS
Prof. José Antonio Abásolo Álvarez
Universidad de Valladolid
La relatividad con la que actualmente se juzga la belleza fue mayor en la Antigüedad, a tenor de las diversas opiniones transmitidas por las fuentes, tanto literarias como epigráficas, tanto en Grecia como en Roma. Si nos remitiéramos aspectos estéticos en el arte funerario se produjeron obras de gran calidad, sobre todo en el mundo helénico donde se advierte el interés por congeniar estatuas y estelas de carácter fúnebre con modelos canónicos presentes en obras maestras coetáneas.
Roma hereda de su fuente de inspiración griega, bastantes de sus presupuestos en forma e imagen, pero la extensión de su Imperio y las diferentes tradiciones existentes en las provincias desarrollaron un abanico de experiencias muy variadas siempre con el afán común de la monumentalidad y la insistencia en la memoria o recuerdo del difunto, donde la epigrafía jugó un papel destacado.
En los ambientes urbanos de las ciudades principales como Roma o las poblaciones de Campania, hallamos figuras de hombre y mujeres representados de manera heroica en actitudes que recuerdan más a las estatuas honorarias de los Fora que a las esperadas figuras de expresión compungida comunes a los sepulchra.
Con el paso del tiempo, la belleza entendida, con criterios convencionales relativos al aspecto físico según era visible en las estelas altoimperiales, fue cediendo paso en los monumentos funerarios a los textos amplificativos como expresión de excelencia.