Aunque hay tradiciones anteriores (como la de Berlaimont), o conjuntos de diálogos (que realmente no podrían considerarse como una tradición en sí misma), para conocer los diálogos existentes para enseñar español en el Siglo de Oro debemos remitir, forzosamente, a la cadena editorial Minsheu-César Oudin-Juan de Luna. Desde los siete diálogos publicados en 1599 por Minsheu surge dos ramas paralelas de textos en español que se retroalimentan, unen y confunden, y que proporcionan en la mayoría de las ediciones los textos confrontados con traducción al francés: estas ramas surgen bajo los nombres de César Oudin (quien traducirá los diálogos al francés en 1608 y añadirá uno propio en 1622) y Juan de Luna (quien añade en 1619 cinco nuevos diálogos a los heredados de Minsheu, como los presentados en la princeps de su Arte Breve de 1616, y en 1625 retoma el octavo oudaniano). Traducciones y reapropiaciones realizan Wardsworth (1622) y Franciosini (1626) de manera bastante inmediata en el tiempo, o Stevens (1706), Sobrino (1708) o Alvarado (1718), de manera posterior y con aportaciones propias.
Luna, autor de una gramática en tres ediciones, editor y continuador del Lazarillo, ocupa un puesto intermedio en esta cadena editorial, aunque determinante si consideramos sus aportaciones. Si bien la descripción bibliográfica de estos diálogos se ha realizado de manera íntegra recientemente , falta, a nuestro jucio, profundizar en las características internas de los propios textos. Hemos comenzado esta labor poniendo la lupa en dos ediciones de los diálogos, la monolingüe de 1619 y la bilingüe de 1625, para estudiar la expresión de la futuridad y hemos podido comprobar que existen pequeñas variaciones entre estos textos, sobre las que no pudimos descender en su momento .
Por ello, nuestro objetivo aquí será analizar el segmento completo de la tradición dialogal que ocupa la aportación de Juan de Luna con el objeto de (a) arrojar mayor luz sobre las aportaciones propias del autor español a la cadena editorial; (b) considerar las variaciones que introduce en el texto castellano de la cadena, analizado cara a cara con su traducción francesa; (c) valorar la presencia o ausencia de descripciones de culturemas y otras glosas de ayuda al aprendiente de español en el texto de ambas lenguas. Estos objetivos concretos nos ayudarán a caracterizar desde el punto de vista lingüístico, pragmalingüístico y pedagógico un eslabón decisivo en la cadena que nos ocupa.