A pesar de los importantes avances tecnológicos y la aparición de nuevas técnicas quirúrgicas, la cirugía rectal sigue estando asociada con una importante tasa de complicaciones de hasta al 40% y una tasa de mortalidad a 30 días entre el 2 y el 9%. La dehiscencia de anastomosis y la infección pélvica son las complicaciones más temidas por sus graves consecuencias a corto y largo plazo (empeorando el pronóstico oncológico, la tasa de recurrencia local y la calidad de vida de los pacientes) y porque suelen evolucionar sino se diagnostican precozmente a sepsis e incluso muerte. Estas complicaciones suelen aparecer de forma tardía entre el 4º y el 7º día postoperatorio, momento en el que la mayoría de los pacientes han sido dados de alta a domicilio con el riesgo potencial que eso conlleva. Resulta fundamental obtener un diagnóstico precoz de estas complicaciones infecciosas con el fin de minimizar sus consecuencias, más aún tras la implementación en los últimos años de los protocolos de rehabilitación multimodal que han conseguido una reducción de la estancia hospitalaria. En nuestro estudio hemos realizado en primer lugar una actualización sobre el cáncer de recto, los modernos programas de rehabilitación multimodal y la fisiopatología del síndrome de respuesta inflamatoria sistémico y la sepsis, basándonos en la mejor evidencia científica disponible mediante una revisión bibliográfica exhaustiva actualizada a este año 2015. En segundo lugar hemos realizado, en los mismo términos que el primer punto, una actualización completa de las técnicas diagnósticas utilizadas en el momento actual en la detección precoz de la complicación infecciosa postoperatoria comprobando la ausencia de una prueba fiable. Así mismo hemos descrito las principales líneas de investigación presentes y futuras en la búsqueda de dicha prueba “ideal”, con sus pros y contras. Una de esas líneas se basa en la determinación en sangre de ciertos biomarcadores de la respuesta inflamatoria y la cascada de la coagulación y su relación con el desarrollo de sepsis. Nuestro estudio continúa estudios previos siguiendo esta línea pero evaluando hasta 13 marcadores sanguíneos, la mayoría no evaluados anteriormente en el campo de la cirugía abdominal. Para ello hemos diseñado un estudio longitudinal prospectivo con 100 pacientes intervenidos de cáncer de recto dentro de un programa ERAS, analizando dichos marcadores en analíticas diarias en los días postoperatorios 1 al 5 y su relación con la aparición de complicaciones infecciosas postoperatorias según la clasificación Clavien-Dindo. Nuestros resultados muestran que PCR, PCT, plaquetas, leucocitos, neutrófilos, marcadores de la coagulación y GPT tienen relación significativa con la aparición de complicaciones infecciosas tras cirugía rectal; aunque sólo la PCR los días 4 y 5 demostró reunir las características necesarias para ser útil como prueba diagnóstica. La utilización de puntos de corte inferiores de la PCR además es una excelente herramienta para descartar complicaciones infecciosas y realizar altas en condiciones de seguridad tras cirugía rectal con un valor predictivo negativo mayor al 95%.