Solemos considerar a las vanguardias históricas como adalides de comportamientos avanzados, tanto en el plano puramente artístico como incluso en el del comportamiento de los miembros que la integran. Pero si en la vertiente de la praxis podemos estar de acuerdo con esta idea, no así en la visión que tuvieron hacia las mujeres. Desde el expresionismo de principios de siglo XX hasta un surrealismo que cierra el ciclo de estas vanguardias, los artistas varones plasmaron un mundo de imágenes que no favorecían comportamientos igualitarios. Numerosas mujeres, dentro de los distintos movimientos, tratan de contrarrestar aquellos mensajes con otros que, desde el desgarro o desde la magia, siembran la idea de mujeres en que quieren conquistar un mundo que les estaba vedado.