De las transcendentales consecuencia del Descubrimiento de América, acaso la más relevante sea la revolución ecológica, alimentaria y culinaria; de alcance planetario, que se originó con el intercambio de productos entre el Viejo y el Nuevo Mundo. De Indias a Europa viajaron particularmente vegetales -y un único animal comestible, el pavo- que vinieron a enriquecer la mísera y monótona dieta de los habitantes de esta orilla. Tales productos, tras su aclimatación se difundieron a través del Mediterráneo y al resto del continente. Desde aquí a aquellas tierras viajó, y con excelentes resultados, la ganadería toda, plenamente desconocida por el indio: equina, porcina, ovina, caprina y vacuna.
Pues bien, de eso se trata. Del fecundo intercambio, visto desde esta orilla, abordado con perspectiva interdisciplinar, concretados en los ocho frutos alimenticios que vinieron a renovar la dieta y la cocina del Viejo Mundo, y a la postre, particularmente con la papa y el maíz determinantes de la revolución demográfica a partir del siglo XVIII.
Se han elegido los productos, ocho y solo ocho, que reúnen las cuatro condiciones siguientes:
a) Proceder de Indias.
b) Ser alimentario
c) Haber sido objeto de atención por los pintores: naturaleza muerta, bodegones y cocinas, ...; género pictórico cuyo nacimiento y auge tiene por protagonista a la Naturaleza misma.
d) Concreción temporal la Edad Moderna: siglos XVI a XVIII
Los anunciados que cumplen tales requisitos son: pimiento, tomate, batata, papa, maíz, fríjol, pavo y cacao/chocolate.
Por relevantes que parezcan desde nuestra cotidianidad actual, -aguacate, chirimoya, fruto del nopal- si no han merecido la atención de los pintores no se contemplan. La plasmación del óleo o grabado es condición sine qua non.
La perspectiva del arte, amén de constituir elemento principal de la Historia, y aportar su esencialidad estética. cumple en el presente trabajo una función fundamental: el "cuadro-crónica" de naturaleza muerta o el "cuadro-crónica" de costumbres. Alcanza de este modo una dimensión, si no nueva, sí de profundización sociológica. A través de los frutos en el lienzo representados cabe formular hipótesis acerca de cuánto tienen de uso común de las gentes y su gradual evolución en los gustos y necesidad de su ingesta, y ello se aborda desde una relación espacio-temporal de los diferentes países europeos durante la Modernidad. El producto así reflejado es susceptible de valoración sociológica por cuanto se muestra su novedad o exotismo, y que el autor quiere dar conocer en primicia para mostrar su existencia, estimular la curiosidad del observador e incluso incitar el deseo de su consumo. Asimismo, constatar el grado de aceptación del alimento según el distinto rango social de los potenciales consumidores siguiendo la clasificación estamental del Antiguo Régimen.
Partiendo del análisis de las Crónicas, Historiadores de Indias, Naturalistas, Médicos, Documentos Mercantiles, Actas Capitulares, Libros de Cuentas, valoraciones de Extranjeros que nos visitan, Recetarios, Libros de Cocina, -principalmente conventuales o de la Corte- se compone el relato de todos y cada uno de los susodichos frutos elegidos. Tales son, al fin, las fuentes históricas e historiográficas utilizadas, amén del centenar de obras pictóricas, documento de primer orden en la presente Tesis.