Si bien es cierto que en la actualidad el desempleo es un problema que afecta a una gran parte
de la sociedad, este capítulo se centra en la ventaja competitiva en términos de la reputación social
que una empresa podría adquirir por el hecho de dar a conocer su compromiso con la inclusión
laboral de las personas con discapacidad. Pese a la controversia que el imaginario colectivo priorice
el empleo para los “normales”, cada vez son más empresas las que buscan dar a conocer su
compromiso con la inclusión laboral de este colectivo, ya sea de manera informal o a través de
procedimientos certificables. Sea como sea, parece evidente que las empresas que se embarcan en
políticas de integración de este tipo de stakeholder en alguno de sus procesos de gestión empresarial
(empleados, proveedores, clientes…) favorecen entornos laborables que enriquecen el Bien Común.
La discapacidad forma parte de nuestra condición humana, ¿quién no la tiene o la conoce o la vive?
Las empresas que se embarcan en la gestión inclusiva de este colectivo y en un estilo
específico de comunicación interna y externa, promueven con sus prácticas y su comunicación los
principios de igualdad social y del buen hacer en aquellos mercados donde desempeña su actividad,
generando un valor intangible de incalculable valor: la confianza de la sociedad. Como
consecuencia de este buen hacer social, la reputación social de la empresa es difícil de imitar por su
competencia porque su posicionamiento de marca comprometida con la discapacidad no es fruto de
acciones puntuales maquilladas bajo un marketing con causa, sino una filosofía corporativa basada
en el Bien Común que beneficia a todo ciudadano que tenga la suerte de compartir una experiencia
profesional con ellos/as.
La comunicación generada en los diferentes ecosistemas digitales contempla las experiencias
generadas de la relación profesional de estos colectivos con la empresa así como las
recomendaciones de stakeholders afines. Estos diálogos influyen en la reputación social corporativa
y en el posicionamiento global de la empresa no sólo como buena marca empleadora sino como
buena marca social.