Sirvan las primeras palabras de este estudio para
desentrañar
brevemente su
título y la finalidad que persigue su desarrollo. Según el
Diccionario
de
Autorid
ades
1
, la
traducción castellana de
iter
se condensa en
: “viage que uno hace
de una parte a otra”
,
en su idea de
movimiento o
progresión temporal.
En
su
otra acepción
,
“Traslaticiamente
se toma por la profesión, estado y modo de ida, que cada uno escoge par
a sí...”
, el
término aparece refrendado por la autoridad de
Fray Luis de León,
quien en
De los
Nombres de Cristo
,
profiere:
“Camino se llama en otra manera la profesión de
vivir...aquello que se pretende en la vida”.
Así pues las presentes líneas nos conducirá
n
por
un
iter
integrado por
la r
ecomendación para
el ingreso
en religión
de las féminas en
la Edad Moderna
,
su
entrada en el convento,
el
noviciado y
la renuncia de legítimas
,
hasta arribar a
la consumación de
la profesión
religiosa femenina
.
En segunda i
nstancia, se percib
irá
con notoriedad
que la
sucesión de los pasos en
ese camino está estrechamente ligada a producciones escriturarias y documentales
(correspondencia epistolar, registros de
la sección Cámara de Castilla, l
ibros de entradas
y tomas de háb
ito, escrituras de tomas de hábito, renuncia de legítimas, cartas de
profesión, etc...)
,
que en ocasiones se camuflan
,
a la ligera, desde el punto de vista
diplomático y documental,
bajo el
genérico
epígrafe “carta de dote”.
A
l margen de las dis
posicione
s de Trento, y de los l
ibros de ceremonial religioso
para féminas, hay parcelas de esa escritura
,
y modelos documentales
,
que
van a destilar
informaciones muy
concretas y reveladoras
acer
ca de la ceremonia de profesión
religiosa femenina en la etapa histór
ica precisada
,
es decir, d
el acto
de
ingreso
voluntario en una orden religiosa y compromiso de c
umplir sus votos, el punto final de
este
iter
escriturario al que nos pretendemos referir