Desde las primeras prácticas de interrelación entre audiovisual y danza se ha escrito mucho sobre la especificidad de la videodanza como modalidad de la videocreación o videoarte y han surgido diversas exploraciones artísticas en los que el cuerpo, los parámetros musicales y la imagen secuencial en movimiento se integran. Si bien esto viene ocurriendo desde los años setenta, los procesos de digitalización y de convergencia han devuelto el interés a las fórmulas de hibridación entre estos medios. De hecho, en la teorización última sobre las modalidades escénicas interactivas, la danza no ha quedado atrás y parecen conformar un cuerpo permanente de innovación donde se trabaja sobre el concepto de danza remediada: los bailarines y coreógrafos han encontrado en la tecnología muchas posibilidades de exploración creativa, habiéndose generado una importante corriente de interés en torno al cuerpo en danza o movimiento.