La venta y exportación de los vinos de Málaga ha constituido una lucrativa actividad económica que fue la base del posterior desarrollo industrial. A partir de mediados del siglo XIX la apertura a mercados exteriores determinó una estrategia de marketing y publicidad materializada en forma de etiquetas, cartelería, cromos, almanaques y placas reclamos metalgrafiados. La creación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Málaga en 1933 determinó un nuevo rumbo enfocado a la promoción genérica y la búsqueda de la asociación con temática cultural. La publicación de artículos monográficos en la prensa encargados a escritores de prestigio fue la opción más habitual. En este trabajo se analizan las técnicas y modalidades empleadas en la publicidad, la iconografía, los mensajes textuales y la evolución de los anuncios.