La sabiduría de Solón se atiene a las máximas délficas γνῶθι σαυτόν y μηδὲν ἄγαν. Se concreta en la moderación tanto en el plano personal como en las ideas políticas y halla su expresión práctica en la búsqueda de la justicia, que implica el rechazo a la riqueza injustamente adquirida y al poder tiránico. Este tipo de sabiduría política fue determinante para que sus conciudadanos lo designaran árbitro y legislador, pues lo consideraban el más justo y el más sabio. Publícola, en cambio, demostró previamente su inclinación a la justicia y la filantropía y su aversión a la tiranía, pero se fue haciendo sabio a medida que desarrollaba su actividad política. Aunque era rico y llegó a ser muy poderoso, practicaba la franqueza y la apreciaba en los demás y, sensible a la envidia que podía suscitar, supo renunciar a la ostentación de la riqueza y del poder.
En las Vidas de ambos personajes, Plutarco conecta la vida del sabio con la moderación, la búsqueda generosa del bien de la patria, el desinterés por la acumulación de riquezas y, finalmente, con el ideal de felicidad humana.