El proyecto surge de un interés por las derivaciones del dibujo, mediante una
intensa y rigurosa práctica que parte de la repetición de un mismo trazo. De este
modo, la línea aparece para ser definida como una extensión y considerada sólo en su
longitud o como puntos continuos y unidos entre sí que crean un trazo real –o
imaginario– que genera o delimita elementos, produciendo una trama que no sólo se
desenvuelve a lo largo de un espacio determinado, sino que también juega a tomar
forma mediante un pautado e instintivo gesto repitiéndose y sugiriendo ciertos
movimientos y direcciones según la intención de las líneas. Intención que es, en este
caso, abarcar y construir el espacio generando fragmentos con formas orgánicas y
amorfas que progresivamente se van transformando, donde el volumen y la tensión
son imprescindibles.