Béton Brut (cemento crudo) es un proyecto pictórico en el que trato el paisaje contemporáneo post-industrial, que se comporta como un espacio cuya presencia se impone sobre la condición humana. Se trata de un espacio que el ser humano habita como parte de una cotidianeidad. En estas pinturas las presencias de las estructuras artificiales se revelan como masas de cemento y acero de formas ambiguas, no definidas por motivos arquitectónicos o estilísticos, hundidas en una corriente de lo que es anónimo y mundano, versiones contemporáneas y vivas de las fábricas de los Becher. Se trata de un paisaje ajeno y extraño donde pervive, en la escala y dureza de las construcciones que lo componen, un sentimiento de lo sublime, que en el pasado romántico se asociaba al paisaje vasto y violento de la naturaleza. Las construcciones que he representado en esta obra forman parte de la tendencia a ordenar y subordinar el paisaje a la estructura, una tendencia en la que el cemento se adueña y convierte en el paisaje. Las mismas estructuras en las que debemos acomodarnos se transforman en masas de geometrías absolutas, donde se mezclan sentimientos de alienación y familiaridad simultáneamente.