Nidos quebrados es un proyecto artístico intimista que se sirve de la instalación y la fotografía como lenguajes plásticos. Representa el anhelo del pasado, lo que fue y ahora no existe. Habla sobre la fugacidad de la vida y la melancolía del ayer, que a su vez remite al presente y al futuro.
Es un conjunto de instalaciones realizadas en un antiguo gallinero industrial, para ese lugar y con ese lugar, con el objetivo de recuperar su memoria. Utilizo para ello materiales y técnicas que se usaban en la propia granja. Todas las piezas recurren al objeto lámpara, encargado de evidenciar la ausencia, a la vez que nos recuerda la existencia de la actividad avícola anterior, bajo la mirada nostálgica de quién vuelve al lugar de su infancia ahora abandonado.