La captura del movimiento en la fotografía, mediante la exposición prolongada y la multiexposición, es el sistema usado desde los primeros instantes de su historia como herramienta para la documentación y registro de fenómenos tridimensionales que suceden en una secuencia temporal.
El carácter tridimensional de estas experiencias ha sido una preocupación constante para los distintos autores, desde los primeros experimentos para la documentación de la máxima cantidad de tipos de movimientos de Eadweard Muybridge en Estados Unidos, como para Étienne-Jules Marey en Europa, en su investigación de la cronofotografía y documentación científica de las diversas fases y tipologías de movimiento que tienen lugar en la realidad, en las últimas décadas del siglo XIX, pasando por los trabajos de Frank Bunker Gilbreth en cuanto a los procesos y movimientos del desempeño en los puestos de trabajo de la industria del comienzo del siglo XX. Por último, analizamos la propuesta artística de Daim para la captación y percepción en directo de la elaboración de trayectorias lumínicas mediante tecnologías de representación espacial y virtual como la realidad aumentada.
Gracias a esta apuesta por las tecnologías de visualización de realidad virtual y aumentada podemos independizar y extraer del medio fotográfico las tipologías de producción artísticas que se basan en el registro de la luz en movimiento y que se incluyen en la más amplia categoría del light art o más concretamente la luminocinética, y también en lo que se viene denominando lightpainting art o lightgraffiti. Estas son experiencias eminentemente tridimensionales en su proceso de creación, aunque la forma en que se realiza su observación se ha producido eminentemente mediante la imagen fotográfica hasta la aparición de dichas tecnologías.