La adquisición de imágenes submarinas plantea en la actualidad importantes dificultades especialmente en términos de coste y/o retardo en la disponibilidad de la información. Las transmisiones de vídeo a través de redes submarinas permitirían reducir de manera notable ambos problemas, sin embargo, la tecnología existente para el despliegue de este tipo de redes está basada en módems acústicos que poseen capacidades de transmisión muy limitadas debidas a las adversas características de propagación del entorno submarino. El estudio de la calidad alcanzable en esas condiciones es un aspecto clave en el análisis de estos servicios de vídeo pues permite evaluar su viabilidad y establecer una relación entre las aplicaciones y los recursos de red necesarios para su ejecución.