Lycurgus 27, 3: ἐπιγράψαι δὲ τοὔνομα θάψαντας οὐκ ἐξῆν τοῦ νεκροῦ, πλὴν ἀνδρὸς ἐν πολέμῳ καὶ γυναικὸς [τῶν] λεχοῦς ἀποθανόντων, una vez enterrados no estaba permitido inscribir el nombre del muerto sobre la tumba, excepto de un hombre, si había muerto en la guerra, o de una mujer, si había muerto en el parto. (n. ἡ λεχώ, gen. λεχόος- λεχοῦς, “mujer que acaba de dar a luz”)
Este texto, que es el que se lee en la edición Teubneriana de Ziegler, ha sido enmendado. La lectura de los manuscritos era la siguiente:
ἐπιγράψαι δὲ τοὔνομα θάψαντας οὐκ ἐξῆν τοῦ νεκροῦ, πλὴν ἀνδρὸς ἐν πολέμῳ καὶ γυναικὸς τῶν ἱερῶν ἀποθανόντων , una vez enterrados no estaba permitido inscribir el nombre del muerto sobre la tumba, excepto de un hombre, si había muerto en la guerra o de una mujer, si era una de las hierai .
La lectura de los manuscritos no ofrecía problemas de ningún tipo, aunque la identidad de las hierai era un enigma. Las publicaciones de los siglos XIX y XX mantuvieron el texto sin modificar, pero Ziegler introdujo la nueva conjetura en la edición Teubneriana de 1926, atribuyendo la enmienda a Kurt Latte. Desde entonces, dicha conjetura ha sido ampliamente adoptada, aunque no con unanimidad. Ni la lectura de los manuscritos ni la enmienda presentan problemas gramaticales, pero la enmienda ofrece la ventaja de cubrir nuestras expectativas sobre la sociedad espartana